lunes, 21 de septiembre de 2009

bitter sweet*


No puedo ser feliz.

No debo ser feliz.

La alegría permanente como acto de egoísmo.

Del abismo de las penas emerge mi fuerza e inspiración.

Este sentir desgarrante me obliga a crear. Curar. Defender. Morir. Luchar. Volver a nacer.

Cada vida sonriente fue testigo de mi entrega incondicional al pánico.

Aliviado en la compasión de sus brazos dejé ir mi luz. Y no la extrañé.

Hoy me destrozo cual espejo para ser mil años de mal augurio.

Lo llaman loco y se ríen de él. Lo llaman delirante y le dan la espalda. Lo llaman pedante y lo odian. Lo llaman amigo y lo ignoran. Lo llaman estúpido y lo admiran. Corre. Huye. Ya no sueña, hace. Me intriga. Lo sigo. Lo alcanzo. Lo atrapo y desenmascaro.

Él soy Yo.

1 comentario: