jueves, 8 de abril de 2010

Puzzle*


Me despedaza.
Ya casi no queda carne, todos se llevaron su porción.

A la poca piedad de tu belleza le regalé mis ojos (agradezco no tenerlos para así no poder verte feliz en brazos que no son los que hoy me faltan)

A las mentiras de tu sonrisa le dí mi sangre toda
(y me la devolviste con dolor eterno que se mueve en mis venas dañándome a cada centímetro)

Al camino recorrido juntos le deje mis manos para que nunca las sueltes.

Mis pies los destruí corriendo sobre espinas para alcanzar el oasis de la ruta que son fueron tus promesas.

Los talones y el resto de la pierna se me desintegraron de tanto estar en punta de pies para alcanzar tu boca, tus secretos y tus lágrimas; pero vos te corriste, caigo al vacío.

Mis brazos se quebraron de tanto abrazar utopías, se estallaron y deshicieron llenando de sangre mi media sonrisa de resignación. ¿Dónde estabas vos cuando yo te abrazaba?

Los oídos me los arranqué al verte de nuevo, no quería volver a escuchar tus “te amo”, tengo miedo de volver a creerte.

La nariz se me fue con tu aroma, y lo agradezco (todavía tengo tu remera sin lavar para cada tanto poder sentirte)

Los dientes los fui arrancando de a uno y los deje para marcar el camino de vuelta a mi dignidad; todavía sigo caminando tras tu estela, ya no me quedan perlas. Ya no me queda alma.

Los hombros se fracturaron de tanto cargarlos con problemas ajenos. De esto no culpo a nadie, yo lo elegí.

Con mi pelo hice una alfombra de entrada, siempre tuviste la costumbre de limpiar lo peor de tu bajeza en lo más alto de mi ser. Y yo te lo permití cada una de esas veces.

Mi sexo lo entrego a fieras indómitas y despersonalizadas. Ellas corren lejos de cualquier sentimiento, mi semen es salado por plagarse de lágrimas. No sé hacer el amor.

Solo queda el pecho, ahí dentro suena el corazón.
Lo sé hundirse en el pantano, no puedo hacer nada.
No puedo regalarlo, no puedo romperlo ni destrozarlo.
Es que no sé que es lo que late allí.
No conozco ese músculo, nunca lo usé.
No sé que esta pasando.

No tengo forma de terminar este texto. Estoy perdido.

4 comentarios:

  1. Supongo que tengo una personalidad adictiva. Puedo leer mil veces tus textos y siempre encuentro algo nuevo; que me gusta, me disgusta, me impacta o me trae recuerdos.
    Enfermiza manía mía, mágica virtud tuya!
    Te kiero Lu ♥

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  2. Es dificil leer a alguien que uno conoce en tantos otros aspectos, es dificil sentir al poeta tras el payaso (tomelo como un intento fallido de metafora bella) pero sale ud airoso cuando pienso que se estrella...


    UN beso...

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  3. que buen texto Lucas, tantas veces uno se siente así. Una divinura tu post, me hizo remover tanto! Yo me cansé de escupir tanto dolor en mi blog, solo escribo falacias (me hago la feliz pero hay algo que no termina de morir todavía y es molesto)... es un placer tenerte de seguidor jaja.

    éxitos.

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  4. Wow que hermosas palabras Lucas !!! increíble!!

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